* PROCESO DE CALIDAD LOCERIA COLOMBINA BAJO LA NORMA ISO
Certificación ISO 14001: 2004
La norma ISO 14001: 2004 certifica su Sistema de Gestión Ambiental. Esta certificación ratifica el compromiso de Vajillas Corona con el medio ambiente y el desarrollo sostenible.
- Los productos de Vajillas Corona se desarrollan con visión de sostenibilidad, al reducir los consumos de agua, gas y energía, promover la reutilización de materiales e insumos y el fomento del reciclaje de nuestros vertimientos como roturas de piezas, aires calientes y aguas residuales industriales.
Caldas, junio 28 de 2012.- Vajillas Corona fue certificada con la norma internacional ISO 14001: 2004 que valida el desempeño de su Sistema de Gestión Ambiental.
La certificación ISO 14001: 2004, que fue otorgada a Vajillas Corona por Bureau Veritas, es de carácter internacional y está acreditada por el ONAC (Organismo Nacional de Acreditación en Colombia), por el UKAS (United Kingdom Accreditation Service) y el ANAB (National Acreditation Board), organismos de certificación de los sistemas de gestión de la calidad y de gestión medioambiental.
Actualmente, Vajillas Corona exporta un 50% de su producción y el otro 50% lo distribuye a nivel nacional. Las exportaciones se dirigen a Estados Unidos, México, España, Inglaterra, Centro América, Perú, Chile, Ecuador y Venezuela. Vajillas Corona es el mayor empleador de la región y su planta genera 1500 empleos entre directos e indirectos.
La certificación es el resultado del compromiso de Vajillas Corona con el medio ambiente y el desarrollo sostenible. A lo largo de su cadena de valor, Vajillas Corona ha desarrollado sistemas de gestión que le permiten tener un control efectivo de los posibles impactos de su actividad en el medio ambiente y en el entorno.
“Estamos muy orgullosos de haber obtenido esta certificación pues es un reconocimiento al esfuerzo por lograr que nuestros procesos productivos sean respetuosos con el medio ambiente y de entorno”, afirma Luis Fernando Mejía, Gerente General de Vajillas Corona.
En los últimos 5 años, la compañía ha aumentado su tecnología encaminada al desarrollo sostenible y cuidado del medio ambiente. Cambios en los secaderos de piezas de hornos a gas natural, instalación de motores de alta eficiencia, y de silenciadores para mitigar el ruido e implementación de equipos para el control de material particulado, entre otros, han sido adquiridos para mantener los estándares de calidad.
“Los productos de Vajillas Corona se desarrollan con visión de sostenibilidad, al reducir los consumos de agua, gas y energía, promover la reutilización de materiales e insumos y el fomento del reciclaje de nuestros vertimientos como roturas de piezas, aires calientes y aguas residuales industriales”, asegura Mejía.
“Fomentamos la prevención y el control de todos aquellos aspectos e impactos ambientales que podamos ocasionar por nuestra actividad productiva con el medio ambiente y las comunidades donde desarrollamos nuestra actividad manufacturera”, puntualiza el Gerente General de Vajillas Corona.
Vajillas Corona fundó el Colegio Tercer Milenio en 1959. Hoy este colegio ofrece todos los niveles de educación preescolar, básica primaria y secundaria y cuenta con 711 estudiantes.
La relación con la comunidad se ha venido profundizando a lo largo de los años, tanto así que a hoy, Vajillas Corona en alianza con el SENA, apoya la educación a través de la Escuela Mecánica, una institución dirigida a jóvenes bachilleres de Caldas, que forma a los muchachos en Mecánica Industrial.
Certificación ISO 9001: 2004
Un cambio de cultura
Próspero, Clara y Armando son los personajes que les permiten a sus clientes y consumidores entender cómo una empresa de 120 años de historia, fundada en 1881 como Compañía de Cerámica Antioqueña, ha logrado mantenerse siempre joven, con una marca vigente y de reconocida calidad y siempre demandada en el mercado.
"Cuando la gente se siente escuchada y cuando sabe que sus sugerencias y comentarios son acogidos y se hacen cosas con ellos, se vuelve más participativa, ofreciéndonos un avance importante en compromiso... Nada será posible si la gente no participa de nuestras ideas y se compromete con ellas", afirman sus directivos.
¿Cómo, por qué y cuándo la Locería Colombia toma la decisión de revisar su presente y replantear su futuro? Hasta cuando llegó la apertura económica, en los inicios de la década de los 90, su problema fundamental era producir lo que le demandaba el mercado, puesto que no sólo era reconocida como una empresa muy sólida, sino muy identificada con su marca –Vajillas Corona-. Pero, con la apertura, llegó la competencia –legal e ilegal-, acentuada con la revaluación del peso frente al dólar, y con el contrabando, estimulado por el lavado de activos, factores que hicieron que la apertura fuera más dramática y dolorosa.
"En estas condiciones, los costos de producción subían por el ascensor y los precios por la escalera, lo que nos hacía perder competitividad y participación de mercado", recordó un directivo de la empresa.
El sueño ya es realidad
Entonces, un severo reto estaba planteado: o se emprendía un proceso de reorientación hacia una nueva cultura organizacional, denominada internamente "el sueño de la compañía que queremos" o, simplemente, la empresa empezaba a verse en peligro, si no respondía a los desafíos de la globalización.
Por eso, definió una estrategia que fue seguida paso a paso y al pie de la letra con mucho orden, perseverancia, disciplina y, sobre todo, compromiso y que quedó servida en cuatro pilares fundamentales que todos repasan diariamente de la mano de sus tres inseparables amigos.
Los dos primeros fueron el mejoramiento en tecnología y en producto, no sólo en calidad y diseño sino en actualización de acuerdo con la moda (que, entre otras cosas, se entró a la cocina hace mucho tiempo). Ello implicó la incorporación de tecnologías de punta y la modernización y eficiencia de los procesos industriales, para lograr productos competitivos y apropiados en calidad y precios para llegar a los mercados internacionales. Las inversiones en estos frentes superaron los US$30 millones en los últimos 8 años.
Y, en segundo término, se puso al orden del día en la actualización de los mercados y en la capacitación de su gente, con mejores actitudes y niveles de servicio.
Sin embargo, no podía dejar de lado todo el bagaje de experiencia y de conocimientos que le ofrecía su condición de empresa centenaria. La decisión fue sencilla: "No hubo una ruptura abrupta con lo que existía en la definición de la nueva cultura. No desconocimos lo que existía, sino que construimos sobre ello".
Sistema de calidad
Entonces, cuando se inició el cambio de la cultura organizacional, los empleados de todos los niveles participaron desde el diseño de los manuales y de la documentación hasta en la redefinición de los procesos y eso les permitió comprender por qué había que hacer las cosas de una manera diferente y cada vez mejor, aplicando los valores que ellos mismos definieron: trabajo en equipo y mejoramiento continuo (avanza en la actualización de la norma ISO 9001, obtenida en 1999). Esto se traduce en una idea muy práctica: "aprender de lo que hacemos, para hacerlo mejor mañana".
En estas condiciones, la estructura jerárquica del organigrama empieza a borrarse y más que jefes, existen líderes y compañeros que orientan un trabajo por procesos, aunque la definición de la estrategia siga siendo responsabilidad de la dirección de la compañía. "Aquí no hay pensadores y ejecutores... Cada empleado tiene facultad para tomar decisiones para mejorar el trabajo que hace. Todos hacemos vajillas desde cualquier cargo".
Pero, la participación y el compromiso no son, tampoco, gratuitos, sino que obedecen al resultado de un planteamiento ético y de una estrategia aplicada desde hace varios años, que lleva a la compañía a compartir con todos los empleados los principales indicadores y resultados económicos trimestrales (una carta que se ha jugado la empresa, con mucho éxito, a pesar de los riesgos que implica), con el fin de que los principios de austeridad, responsabilidad, eficiencia y calidad, que fueron construidos entre todos, sean también compartidos por todos, como parte de esa cultura que se edifica y se vive todos los días.
Estos elementos le permiten a la empresa "administrar con sentido", lo que indica que nadie en "la Locería" hace nada sin saber por qué y para qué lo hace. "Cuando la gente interioriza esto, vuela y es capaz de hacer cosas inimaginables".
Y, como consecuencia, "la locería", como la conocen cariñosamente tanto sus trabajadores como los pobladores de Caldas, puede compararse en condiciones muy favorables con cualquier empresa de cualquier país. "Hoy tenemos una compañía diferente, con otros procesos y otros productos, frente a los que existían hace 10 años, que la hacen más eficiente y más competitiva".
No hay comentarios:
Publicar un comentario